Acabo de regresar de mi estancia de dos noches en el barco-hotel Malardrottningen. Fui a Estocolmo por turismo y la ubicación del hotel fue perfecta. Está a solo 5 minutos a pie de la Ciudad Vieja y a un poco más de 15 minutos de la parada de metro y la estación central. La vista desde el barco era excepcional y el desayuno buffet era super completo y abundante. El personal de recepción fue encantador y cumplieron con mi petición sin coste adicional. Las sábanas estaban impecables y olían a limpio, además de que la ducha funcionaba estupendamente. También puedo mencionar que el agua del grifo se puede beber sin problema. En general, tuve una experiencia excelente en este hotel y definitivamente volvería a reservar aquí.

De verdad que lo aconsejo.

Estructura con lo esencial para un fin de semana.

ubicación, estructura y vista

aire siempre encendido sin posibilidad de apagar o cambiar la temperatura.

La ubicación del hotel fue perfecta, cerca de la ciudad vieja y con fácil acceso al ayuntamiento y al centro de la ciudad. También me gustó que el desayuno fuera variado y abundante, con opciones para todos los gustos. Además, el hecho de alojarme en un barco en lugar de un hotel tradicional fue una experiencia única y pintoresca.

En cuanto a las cosas que no me gustaron, los camarotes eran algo pequeños, a pesar de haber reservado los más caros. Además, no había suficiente espacio para las maletas.

Un yate fascinante lleno de historia en sus partes antiguas pero bien restauradas. Cabina cálida, cómoda y limpia. La vista del lago congelado es absolutamente maravillosa. Espectacular desayuno en una habitación con encanto. Personal siempre disponible y atento a las necesidades. Federica y Enrico

Nada. Todo está perfecto.

Fantástica ubicación a un paso del centro histórico de Estocolmo: puedes ir a cualquier parte en pocos pasos o con el metro casi al lado. Si te gustan los barcos y el mar, este hotel es una visita obligada, realmente no te lo puedes perder. Excelente desayuno buffet, con una amplia selección de comida, no falta nada. Todo maravilloso, si alguna vez vuelvo a Estocolmo, me quedaría aquí otra vez, ¡sin ninguna duda!

Para mí todo fue fabuloso, pero no lo recomendaría a los amantes del confort y de los grandes espacios.

Encanto inigualable en un lugar único: Nos hemos alojado unos días en un barco convertido en hotel y ha sido una experiencia única. Las habitaciones, aunque pequeñas, están muy bien aprovechadas y tienen un encanto especial con sus muebles de madera y acabados marineros. Además, la cama era cómoda y el personal del hotel fue muy amable y servicial. Lo mejor de todo fue el desayuno, con una gran variedad de productos típicos suecos, y la posibilidad de disfrutar del sauna sin ningún coste adicional. Por si fuera poco, la ubicación del hotel es muy conveniente, estando cerca de los principales puntos turísticos y con fácil acceso al transporte público. Sin duda, un lugar perfecto para visitar la ciudad.

Todo, diría yo.

Servicio de restaurante no disponible a las 13.00. Me vi obligado a salir del establecimiento y buscar un lugar para comer.

Excelente ubicación, personal amigable, excelente desayuno

Excelente ubicación en el centro histórico, con vistas al mar. Desayuno completo y personal amable. Habitación grande y mejor de lo esperado. Perfección en el corazón de la ciudad, qué más se puede pedir.

Tuve una experiencia única en el Malardrottningen. Desde el momento en que llegamos, el personal de recepción fue excelente y atento. El camarote era amplio y cómodo, con una señal de WiFi fuerte. Las instalaciones estaban impecables, incluyendo el baño limpio y el agua caliente para ducharse. El desayuno fue excepcional y pudimos reservar un turno en el sauna, que estaba incluido en el precio. También destacaría la ubicación conveniente del hotel.

100% Recomendable.

El hecho de estar alojada en un barco a tan solo 5 minutos del centro pero en una zona muy tranquila.

El WiFi no funcionaba nada bien en la habitación

¡Me encantó mi reciente estancia en un yate en Estocolmo! La ubicación era inmejorable, muy cerca de la estación central y con vistas increíbles. Además, la conveniencia de tener una estación de metro a solo unos pasos fue genial. Pero lo mejor fue el delicioso desayuno que ofrecían. Tenían una gran selección de platos sabrosos y fue una excelente manera de comenzar el día. Definitivamente, fue un punto a favor.

Hubo algunas cosas que no me gustaron. La zona estaba en construcción y al regresar por la noche, las calles estaban oscuras y llenas de grava.

Se llega caminando desde la Estación de Estocolmo. El desayuno es espectacular, variado y abundante.